sábado, 25 de enero de 2020

MONTAÑA PALENTINA: PASEO DE INVIERNO AL RESGUARDO DEL CEREZO

LAS COSAS DE HOY......

Cuando el frío amenaza con disuadir las mejores intenciones, hay que buscar una ruta suave y asocayada, donde dar esquinazo al gélido viento sin prescindir ni un ápice de la belleza que la Montaña Palentina nos brinda sin remilgos en todos y cada uno de nuestros paseos.
Una de nuestras rutas preferidas, un clásico para este grupo, es el valle donde nace el río Rubagón para nosotros Valle del " Cerezo" (tomando el nombre de un chozo aguas arriba)- Un estrecho valle que guarda el secreto de un hermoso y limpio hayedo que acompaña el  cauce de un pequeño río que en su discurrir va recogiendo las aguas de otros arroyos y fuentes que van nutriendo el Rubagón hasta su mayoría de edad.


Lo espectacular de este pequeño río es su cauce lleno de grandes rocas irregulares sobre las que se precipitan sus aguas dando forma a las innumerables pequeñas cascadas que le acompañan durante todo su recorrido









Otra peculiaridad de este pequeño tesoro de la Braña es esa hojarasca infinita sobre la que descansan  milenarias rocas forradas por unos musgos increíbles, tan hermosos que nos guardamos de la tentación de tocarlos por si con ello pudiéramos mancillar su pureza



La temperatura es formidable  en este pequeño ecosistema


Iniciamos nuestro recorrido en la "Ceña" en un camino que arranca justo pasando el puente a la derecha. Vamos caminando por senderos que en algún momento parecen desaparecer para encontrarse de nuevo a nuestro paso.





  
SAbemos que por encima de nosotros, de forma paralela discurre una pista a la que podremos acceder en cualquier momento y que nos bajará directamente a la Ceña. Será el camino que tomemos de vuelta, dado que en el mes de enero las tardes son tan cortas que sabemos que se echará la noche antes de llegar a nuestro destino de vuelta, y es mejor no arriesgar.



Encontrado el camino en 2km. estaremos en los coches. Antes pasaremos por  el arroyo de Pamporquero sobre el que hay una bonito puente de madera que compensa el que casi siempre el camino esté anegado por el agua

Un bonito paseo de menos de 4km en el que hemos disfrutado, del río y sus cascadas, el hayedo, los musgos, las ruedas de molino que salpican la ladera, los candelinos, los musgos...... y como siempre, la buena compañía

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