Hoy os señalaré una ruta que no nos llevó a ningún sitio (no por lo menos al sitio donde pretendíamos llegar, El Pical). A pesar de que en esta época en la que los días son tan cortos, se nos echó la noche encima, tuvimos que improvisar el regreso y superamos un frío del carajo.....el paseo nos dejó con la estupenda sensación de descubrir un pequeño tesoro escondido.
Salimos de Grullos (Alto de Brañosera) con el destino puesto en el Alto del Pical (el alto que corona Barruelo con la línea de eólicos presidiendo el horizonte). Meses antes habíamos coronado el alto desde la pista que sale de la carretera de Valberzoso y sabíamos que desde Grullos salía otra pista que daba acceso al otro lado del Alto.
Confundimos la pista de acceso al Pical desde el inicio. Dejamos los coches en la pista de Las Llanas (la que va hacia Valberzoso por el Chozo Tonino) y tomamos un camino paralelo y poco marcado que se elevaba en dirección al Pical.
El paisaje puramente invernal, salpicado de escarcha y agua helada durante todo el recorrido.
A medida que íbamos subiendo, el camino se fue difuminando en pequeñas sendas, hasta perderse en distintos trazos, entre bajo matorral y escuálidos piornos. Esta parte del recorrido despojada de árboles.
Tras alcanzar una considerable altura el paisaje se tornó arbóreo, sorteando pequeños regatos de agua sin complicación y antes de dar paso a un precioso bosque de hayas y robles. Ya andábamos con la mosca detrás de la oreja cuando en el balcón de la foto inferior, ratificamos nuestra confusión. Desde allí se divisaba la pista, ancha y bien definida que daba acceso al Pical.
Ante la imposibilidad de descender a ella, decidimos seguir subiendo por si hubiera otro acceso, siguiendo mas nuestra intuición que nuestra intención de llegar al destino.
El bosque limpísimo con un tupido manto de hojarasca que amortiguaba cada paso y compensando el esfuerzo de la subida.
Avanzando por el bosque y siempre en dirección ascendente hacia el Pical abandonamos los árboles para adentrarnos en una zona de suelo rocoso salpicada de brezo, ulagas y otras especies arbustivas típicas de altas cotas.
Desde allí el paisaje se abrió en un espectacular atardecer acunado por las primeras nieves que anuncian el invierno a cuyos pies se postra impasible el pequeño pueblo de Salcedillo
A pesar de la gélida brisa que dificulta incluso la respiración, no podemos dejar de admirar ese tránsito de la MOntaña Palentina a la Cántabra cuyo horizonte no entiende de fronteras.
Cuando coronamos el macizo rocoso ya había salido el "Lucero del Alba". Los eólicos del PIcal ni siquiera se veían desde allí y el anochecer nos había alcanzado a poco mas de las 18h.
En la bajada decidimos tirarnos por el bosque abajo hasta la Pista de Las Llanas, una línea de frenada que nos llevaría sin ninguna dificultad hacia los coches.
Gracias a los frontales de luz y a la limpieza del bosque, nos resultó muy fácil acceder a la pista.
Apenas recorrimos 4,5km. en un paseo un tato accidentado y aventurero por errar el inicio del recorrido. En la captura de pantalla se ve muy bien cual debía de haber sido la pista elegida, paralela, pero un tramo anterior a la elegida( https://es.wikiloc.com/rutas-outdoor/de-grullos-al-pical-por-la-ruta-mo-encontrada-44120366)
No renunciamos a repetir la ruta.... esta vez por la pista adecuada...................Las fotos son de Ernesto, Carlos, Rosa y mías...........el mérito....del Grupo Nordik de Aguilar
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