Esta mañana, camino de la comparecencia de presupuestos del Consejero de Sanidad, quedé embutida en una enorme caravana, en la que conductores, viajeros y transportistas, con mas o menos humor y paciencia soportaron "solidariamente" las protestas de los mineros palentinos en forma de corte de la Autovía de la Meseta (Palencia-Santander), a su paso por Becerril del Carpio.
Sólo un apunte para recoger, mas que las protestas sobre unos recortes en base a una "crisis"que parece justificarlo todo, para recoger la desesperación de un sector que ve peligrar algo mas que sus puestos de trabajo, la aniquilación de todo un sector productivo, considerado hasta no hace mucho, estratégico en nuestro país. Un sector ligado a la tierra, ligado al desarrollo y sostenimiento de comarcas rurales enteras, sin el cual no serán capaces de sobrevivir.
Al igual que no se pueden hundir todos los barcos porque ya no sea rentable pescar, al igual que no podemos deshacernos de todas la vacunas de la viruela porque ésta está erradicada.... no se pueden cerrar las minas, porque de actualidad o no, el carbón es una de las pocas fuentes de energía autóctonas que tenemos en España.
Habría que preguntarse si la aniquilación total de este sector, de esta actividad laboral, de comarcas enteras.... es realmente rentable para este País.
Dicen que la minería en términos económicos es mas gravosa que rentable.... a veces también las instituciones lo son. Como lo podrían ser la Iglesia, los Espacios Naturales, la agricultura, el ejército.... ¿Qué hacemos?....¿ nos lo cargamos todo??
¿Cómo se valora la rentabilidad social, natural, demográfica?.... ¿cómo se valora el empobrecimiento, el riesgo, la desprotección, la desesperación....?
Los mineros están en huelga. Han vuelto a las barricadas que en los últimos 25 años no han podido evitar la pérdida de casi el 90% de los puestos de trabajo de este sector. La minería parece estar tocada de muerte, por eso todos los agentes sociales, los sindicatos, las asociaciones, los profesionales y toda la población en general, debieran de tomar partido y en base al mantenimiento de esta genuina forma de vida, debiéramos de colaborar a que la minería siga escribiendo su historia en este País.
Y desde aquí un reconocimiento al civismo, a la paciencia y a la comprensión -a la que yo quiero vestir de actitud solidaria- de tos afectados por estos corte de carretera, protagonistas y espectadores fortuitos de unas presiones que no van dirigidas precisamente a ellos.
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