lunes, 30 de diciembre de 2013

EL PRINCIPE FELIZ: cuento de Navidad

LAS COSAS DE HOY......

Cuando era pequeña entre mis muchos cuentos de silueta recortada,  pasta de cartón y grandes letras redondas, había uno que me encantaba releer, no se bien si por su texto o por los grandes dibujos coloreados que lo ilustraban. Esta noche lo he recordado y hoy lo intentaré contar tal y como lo recuerdo, por eso quizá el cuento difiera un tanto del original:


EL PRINCIPE FELIZ (basado en un cuento de Oscar Wilde)

En la plaza central de un bonito pueblo, con pequeñas casas de colores que parecían de cuento, se alzaba, sobre un alto pedestal, la hermosa estatua de un esbelto principe, con una leyenda a sus pies que decía "EL PRINCIPE FELIZ".  La estatua brillaba como el sol y era el orgullo del pueblo. Estaba cubierta de oro, tenía grandes gemas en su corona, 2 zafiros azules por ojos y un gran broche de rubis.

Un día ya avanzado el otoño, una golondrina que viajaba hacia el sur en busca de tierras mas cálidas, se posó en un brazo del principe para descansar. Al poco sintió como una gran gota de agua le caía sobre su cabeza, miró hacia arriba y vio que no era otra cosa que una lágrima del príncipe que estaba llorando
- ¿Por qué lloras Príncipe Feliz?
- Porque cuando vivía en mi palacio nunca me percaté de que había gente que no era tan feliz como yo, pero ahora, desde aquí veo como sufre la gente de la ciudad. Por ejemplo veo cada día como una pobre costurera se deja los ojos para poder sacar a delante a su pobre hijo enfermo. Golondrina coge con tu pico las gemas de mi corona y llévaselas  para hacerle la vida mas fácil
La golondrina, aunque tenía prisa por seguir su viaje, se compadeció de la pena del Príncipe Feliz y después de coger las gemas entró por una ventana y  dejó las gemas junto al hilo y la aguja.
A la noche siguiente cuando volvió para despedirse del Principe Feliz éste le dijo:
-Golondrina hay un joven escritor al que veo cada noche escribir muerto de frío, tiene tanta hambre y sueño que no puede terminar su obra. Arranca con tu pico uno de mis zafiros y llévaselo para que pueda comer y descansar

La golondrina tenía que irse, o llegaría el invierno y el frío la mataría, pero el Principe Feliz parecía tan triste que volvió a arrancarle otra joya y lo dejó junto a la pluma del joven escritor mientras dormía.
Noche tras noche la golondrina siguió volando llevando las riquezas que cubrían la imagen del Príncipe Feliz a las gentes del pueblo que las necesitaban y a su vez volvía y le contaba al príncipe tanto lo felices que hacían sus joyas a las gentes, como las miserias que vivían .. Y cuando ya no le quedaron mas joyas , el Principe Feliz le dijo:
- Mi cuerpo está cubierto de láminas de oro, despégalas y repártelas entre los niños, pobres y enfermos que lo necesiten
Así lo hizo la Golondrina, y en su empeño la alcanzó el invierno, la nieve y el frío fueron haciendo mella en ella, ya apenas podía volar del frío y justo en el momento que llevó la última lámina de oro que cubría la estatua, se despidió del príncipe para morir a sus pies.

Cuando el principio vio caer a la golondrina sintió una gran pena y la estatua se partió en dos.
Poco después el Alcalde del pueblo mandó retirar la fea y triste estatua rota del Principe Feliz. 
Al fundirla un trozo de acero en forma de corazón no se llegó a fundir y fue tirado a un vertedero donde yacía la golondrina.
Dicen que era Navidad y que Dios le dijo a un Angel que le llevase al cielo las dos cosas mas hermosas que encontrase en el mundo. El Angel le llevó el corazón del Principe Feliz y el cuerpecillo de la golondrina.

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